(El Comercio).- Esta vez no se trató de hechos violentos focalizados. Las inversiones en las zonas convulsionadas se verán afectadas Por Ricardo Serra Fuertes Hay un conocido refrán que dice “no hay nada más cobarde que un millón de dólares”, que se refiere a que las inversiones huyen cuando se percibe que las cosas podrían ir mal. Así, no debería sorprender que las inversiones dejen de llegar a zonas de la selva o, en general, al Perú, luego de lo ocurrido en Bagua (ver el sondeo de la página 11) o lo que podría venir en Andahuaylas. ¿Estos eventos son comparables con el “arequipazo” del 2002, que surgió como rechazo a la inversión privada en las eléctricas Egasa y Egesur? Para el economista Kurt Burneo, no son hechos comparables. “Lo de Arequipa fue una cosa focalizada que fue revertida con anticipación. Si tuvo un efecto, quizá estuvo circunscrito a la actividad local de servicios turísticos en Arequipa. Pero no se compara con la magnitud de las inversiones para la exploración petrolera, que son cifras mucho mayores”, agregó. Por su parte, Óscar Chávez, economista senior del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima, opinó que la imagen negativa del Perú, tras los hechos de Bagua, podría ser eliminada dependiendo de cómo solucione las cosas el Gobierno. “Lo de Arequipa fue en el 2002, y ese año el Perú inició el ciclo económico expansivo. La inversión privada fue creciendo y si hubo una caída de la inversión, fue zonificada”, refirió Chávez, quien agregó que si hechos como los de Bagua se repitieran de manera sistemática, evidentemente la inversión privada se vería afectada. Patricia Teullet, gerente general de Cómex, opina que es inevitable que lo ocurrido en Bagua ahuyente a la inversión. Además, a ello se sumarían próximos hechos de incertidumbre como las elecciones regionales y generales, que tendrían un efecto similar en esta variable. CÓMO AFECTA La desaceleración de la inversión privada en el Perú, producto de la crisis (y que con lo de Bagua podría empeorar) afecta directamente a la demanda interna, que en el 2008 explicó el 99% del PBI. Por ejemplo, según cifras del BCR, la demanda interna crecería este año solo 2,4%, cifra mucho menor que el 12,3% del 2008. “Con la política fiscal expansiva y el programa de estímulo económico, la demanda interna solo crecería 2,4%, y eso es porque el consumo privado y la inversión privada se están retrayendo”, dijo Chávez. Por su parte, Burneo señaló que la inversión extranjera directa (IED) también se ve afectada por la crisis mundial, que ha debilitado los precios de los metales y, en consecuencia, a la minería, un sector clave. “La caída de los precios de los metales, a pesar de que se han recuperado algo, ha originado que la IED presente también un nivel de retracción y no se recuperará hasta que lo hagan los precios de las materias primas”, opinó. Por su parte, Teullet dijo que para que no siga la tendencia decreciente de la inversión privada, el Perú tiene que aprovechar los proyectos que ya están asegurados, como la planta de tratamiento de agua de Taboada y el del Muelle Sur del puerto del Callao de Dubai Ports, por más de US$600 millones. “Además, hay una iniciativa privada de Dubai por US$1.300 millones para tomar la parte norte del muelle. ¿Imaginas la señal en el orden internacional que sería poder decir que en el peor momento de la crisis el Perú capta una inversión de esa magnitud?”, refirió la economista. |