(ANDINA).- Luego de varios años de investigaciones en Machu Picchu (Cusco), los bomberos y espeleólogos españoles del Proyecto Ukhupacha se adentrarán, a fines de mayo, en la fortaleza prehispánica de Kuélap, en Amazonas, construida por la civilización chachapoya. Gracias a esta iniciativa, nacida en 1997 de la mano del bombero Salvador Guinot, los arqueólogos han podido pisar, por primera vez en 500 años, caminos incas y cuevas del viejo imperio sudamericano gracias a las técnicas aprendidas de progresión vertical. El Proyecto Ukhupacha, que en quechua significa “el mundo de adentro”, surgió como “una idea loca”, reconoció Guinot en una entrevista con Efe. Su objetivo es “dar asistencia al Instituto Nacional de Cultura (INC) de Perú y formación a arqueólogos, topógrafos y geógrafos que les permita acceder a lugares donde corren el riesgo de caerse o simplemente no pueden llegar”. Con estas palabras, el bombero originario de Castellón describe la iniciativa que durante diez años ha compartido con otros espeleólogos (estudian la naturaleza, origen y formación de las cavernas, y su fauna y flora) españoles y compañeros de profesión. “La idea fue casual, estábamos en Ecuador ascendiendo a dos volcanes, nos quedaba un poco de dinero y decidimos venir a Lima para buscar información en el Instituto Geofísico sobre la Amazonía, entonces nos animamos a hacer el Camino Inca en Cusco”, explicó. Recordó que “en aquel caminar nos dimos cuenta del potencial, nos preguntamos si esos lugares habían sido explorados, los técnicos de la zona nos dijeron que no. Así surgió la posibilidad de ayudar a la gente que podía necesitar nuestra cooperación”. Desde entonces, su centro de actuación ha sido Machu Picchu y los montes que lo rodean, donde han catalogado y topografiado unas 20 cavidades, además de haber tomado fotografías inéditas de la ciudadela inca desde ángulos nunca antes registrados. Esas imágenes formarán una muestra que será expuesta en el aeropuerto de Valencia (España) y en la ciudad de Cusco, a 1.650 kilómetros al sur de Lima, en los próximos meses. Aunque seguirán trabajando en la ciudad perdida de los incas, donde -según Guinot- “hay trabajo para al menos cinco años más”, los integrantes de Ukhupacha han decidido diversificar su actuación. Su siguiente destino, al que llegarán a finales de mayo, es la cuna de otra enigmática civilización del antiguo Perú: Kuélap, la fortaleza del pueblo chachapoya. Esta gigantesca ciudad de piedra, fortificada con muros de hasta 20 metros de altura, fue descubierta en 1843, a 3.000 metros de altura y en plena selva, por Juan Crisóstomo Nieto. Kuélap se debió construir alrededor del año 800 después de Cristo y abarca unas seis hectáreas. Está distante a 72 kilómetros al suroeste de la ciudad de Chachapoyas, capital del departamento de Amazonas. “Aspiramos a conocer la zona, que promete ser interesante. Hay sarcófagos en las paredes, esta gente era aguerrida (...). A poco que trabajemos podremos encontrar cosas interesantes”, explicó Guinot. Otra de sus ilusiones es que “Kuélap cambie desde la perspectiva del turismo siempre y cuando así lo determinen las autoridades”. “Aportaremos información para que las autoridades la utilicen en su beneficio, no aspiramos a hacer ningún hallazgo importante, en todo caso lo harían los arqueólogos, nosotros sólo somos colaboradores”, explicó el bombero que tardó varios años en conseguir financiación para su proyecto. El Proyecto Ukhupacha está financiado casi en su totalidad por la Universidad Jaume I de Castellón, con aportaciones privadas y una ayuda clave de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), que en 2003 permitió adquirir material para que los arqueólogos pudieran seguir trabajando en Machu Picchu. Pero los integrantes del proyecto, incluido Guinot, no reciben ningún salario: “Es amor al arte”, manifestó el espeleólogo, quien tras cada una de sus aventuras peruanas regresa a su ciudad natal para seguir apagando fuegos. Porque Guinot, como el resto de integrantes de Ukhupacha, lo que verdaderamente se siente es un explorador y agradece la oportunidad de ayudar a los arqueólogos a descubrir secretos de las antiguas culturas peruanas. |