Tomada de la edición impresa del diario El Telégrafo de Guayaquil - Ecuador Kuélap: el otro Machu Picchu Ana María Sevilla Columnista asevilla@telegrafo.com.ec El territorio fronterizo del norte del Perú, ubicado en el departamento de Amazonas, tiene una topografía muy accidentada, con laderas cubiertas por una densa vegetación selvática. La belleza de esta región se debe al contraste entre el paisaje amazónico y la escarpada geografía andina. La fortaleza de Kuélap está situada en esta zona nororiental de los andes peruanos, en el distrito de Tingo, provincia de Luya. A casi 3000 m.s.n.m., estos restos arqueológicos fueron construidos estratégicamente sobre terrenos rocosos y están cercados por un muro de piedra caliza que, en algunas zonas, llega a medir hasta 20 metros de alto con una longitud de casi 600 metros. El complejo tiene una extensión de 450 hectáreas, de las cuales, sólo una parte es la fortaleza misma; el resto cuenta con zonas de entierros y barrios rurales. La fortaleza tiene una entrada principal en forma de un corredor ascendente de 35 metros de largo que termina en la parte superior de la plataforma. Esta entrada tiene la particularidad de ser ancha por fuera y angosta por dentro. De hecho, el arco de entrada se reduce progresivamente hasta que, al final, no podrían pasar dos personas a la vez. En el punto más alto de toda la edificación se levanta una gran estructura de piedra que se proyecta sobre el abismo, desde el cual se domina el valle de Utcubamba. En su interior, se pueden observar más de 400 construcciones imponentes, cada una con diferentes funciones: desde centros ceremoniales y construcciones de sistemas de drenajes, hasta edificios que sirvieron de vivienda. Centenares de enterramientos fueron encontrados en las murallas y dentro de las viviendas, los cuales han permitido recopilar información sobre una de las costumbres funerarias de esta cultura: la utilización del sarcófago y el mausoleo. “El complejo tiene una extensión de 450 hectáreas. Tiene áreas ceremoniales y sistemas...” Estos restos arqueológicos reflejan una de las más importantes expresiones de cultura de ceja amazónica denominada Chachapoyas, la cual floreció en épocas prehispánicas, teniendo su apogeo en el año 1000 d.C. aproximadamente. El arqueólogo peruano Federico Kauffmann Doig es quien más ha investigado esta cultura. Su trabajo en tierra de los Chachapoyas fue parte de la “Expedición Antisuyo” en 1989; uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos para el estudio sistemático de la Amazonía peruana, con no menos de 12 visitas a la zona. Este viaje de investigación tuvo por objeto realizar un mapeo total de los sitios arqueológicos desde la Cordillera del Cóndor al norte, hasta el río Chontayacu al sur. De hecho, estos restos arqueológicos son tan importantes, que Kuélap es considerado como el Machu Picchu del Norte del Perú. Pero el desarrollo turístico de la zona es todavía muy precario; las vías de acceso están en muy malas condiciones y la infraestructura de alojamiento y alimentación es muy básica. Sin embargo, se están haciendo grandes esfuerzos para desarrollar el potencial turístico de Kuélap y sus alrededores. En los próximos años, esta joya en bruto del patrimonio cultural peruano se convertirá en un destino obligatorio dentro de las rutas turísticas y culturales del país. |