Tramo de vía colapsó por erosión de cerro

(EL COMERCIO).- La erosión de la base del cerro Rentema debido a una falla geológica, como consecuencia de las fuertes lluvias en la zona sur del departamento de Amazonas, no dañó parte de la tubería del Oleoducto Nor-Peruano, confirmó ayer a El Comercio desde Piura el gerente de Operaciones Oleoducto, ingeniero Manuel Tomey.

Si bien una parte de la tubería quedó expuesta en el caserío de Rentema, localizado en la provincia de Bagua —explicó Tomey—, no ha sufrido mayores daños. Agregó que el problema sería solucionado en el transcurso de los días.

El funcionario detalló que el bombeo se encuentra suspendido, pero que eso ya había sido programado. “Se bombea petróleo cada cierto tiempo de acuerdo con el volumen necesario. Según lo que estaba establecido, el fluido de petróleo se reanudará el 1 de abril”, sostuvo.

En Rentema se vienen realizando trabajos de prevención que buscan proteger en el futuro la tubería del oleoducto que lleva hasta 150.000 barriles diarios de crudo desde la estación de Saramuro, en Loreto, hasta Bayóvar, en la costa piurana.

MÁS DE 30 DAMNIFICADOS
Entre tanto, los pobladores de Rentema aún no salen de su asombro al ver que por efecto de una falla geológica el suelo terminó por hundirse entre tres y cuatro metros. El hecho ocurrió el viernes a las 6 a.m.

Treinta y tres personas pertenecientes a 10 familias resultaron damnificadas, pues sus viviendas quedaron destruidas. Al cierre de esta edición, ellas estaban a la intemperie.

Además se dañaron 200 metros de la plataforma de una parte del tramo Bagua-Condorcanqui de la carretera de penetración de la selva. También colapsó el sistema de agua potable.

Personal de Defensa Civil llegó a la zona para apoyar a los damnificados y los viajeros que pasan por la zona. Ellos llevaron agua en botellones, frazadas, colchas, calaminas, mosquiteros y ropa. Asimismo, la Red Asistencial de Salud de Bagua instaló una carpa de atención médica con la que se atenderá a la población damnificada a fin de controlar enfermedades diarreicas y respiratorias, que suelen propagarse en casos de desastres naturales como este.

Los pobladores solicitan apoyo con maquinaria pesada para abrir una vía alterna que facilite el tránsito en la zona. Mientras tanto, los pasajeros realizan transbordos poniendo en riesgo su integridad física y la de turistas que visitan las comunidades nativas asentadas en la zona.