VISITA DEL OBISPO DE CHACHAPOYAS A MÉRIDA-BADAJOZ Monseñor Emiliano A. Cisneros, de visita en nuestra archidiócesis El obispo de Chachapoyas, en Perú, donde la mayoría de los sacerdotes de nuestra diócesis trabajan, ha estado de visita en la archidiócesis, y saludando a Don Santiago. El Obispo, Emiliano A. Cisneros, español, ha departido con Don Santiago y respondido a preguntas para el semanario Iglesia en Camino. -¿Cuál es la realidad de la Diócesis que pastorea? Es una diócesis que se encuentra en Perú, en la región o departamento de Amazonas, en una situación muy similar a los distintos departamentos del Perú. Podemos hablar de una pobreza generalizada. También podríamos decir, como dato, que la situación de crisis, hasta este momento, no se está sintiendo con la fuerza que se está sintiendo en otros lugares. En el aspecto religioso la tarea es abundante, no son muchas las personas que trabajan a favor del Evangelio. Justamente mi presencia en tierras extremeñas es, sobre todo, para agradecer esa presencia solidaria de misioneros de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz -sacerdotes, religiosos y, también de vez en cuando, algún laico que hace también presente su compromiso eclesial- que se ponen al servicio de las personas de aquellas latitudes. -Es oriundo de Soria, aunque lleva 40 años en Perú, ¿qué diferencias hay en la vivencia de la fe entre España y Perú? Hay una vivencia distinta. A veces también podemos criticar a los de allá y decir que tiene una fe superficial,… va un poco con la psicología de las personas. Pero todavía se capta ese sentido religioso y esa vivencia religiosa que en Europa, aunque en algunos lugares todavía se conserva, hay un ambiente “pesado”: Nos resulta ciertamente extraño para los que hemos vivido en la España de los años 50-60. -¿Cuáles son los retos fundamentales a los que se enfrenta ahora la Iglesia peruana? El proyecto más urgente es llevar adelante lo que Aparecida llama la “misión continental”, que quiere que la experiencia de encuentro personal con Cristo sea punto de partida de una fe viva, de una fe que no sólo sea tradición y sentimiento sino que sea conocimiento, experiencia y sea también misión. Éste es el proyecto más importante al cual tenemos que abocarnos. Nosotros también tenemos que responder a las influencias secularistas que también van llegando y nos encontramos con esa otra presencia de las sectas y grupos religiosos no católicos que llevan adelante actividades muy intensas que ponen en peligro esa “uniformidad católica del continente”. -Sobre el papel que juegan nuestros sacerdotes, religiosos o laicos en su diócesis, ¿qué podía contarnos? La presencia, durante cerca de 30 años, de sacerdotes de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, normalmente ha sido de un grupo de 4 sacerdotes, que atienden zonas extensas. Allí las parroquias son todas muy extensas, por ejemplo, los padres que atienden la parroquia de Mendoza, realmente llevan 3 parroquias, que es toda una provincia con miles de habitantes y muchos kilómetros cuadrados. La presencia de los misioneros es muy importante. Es una presencia evangelizadora y pastoral pero también en el campo social, con pequeños proyectos, acompañando a las comunidades. Allí también está presente una comunidad de religiosas, que llamamos comúnmente “las de Badajoz” porque de aquí salieron, que realizan una labor de evangelización a través de las catequesis; además llevan y sostienen un comedor popular, al cual acceden 250-300 niños cada día durante el curso escolar. Ésa es la presencia solidaria de Iglesia, cercana a la gente, cercana a sus necesidades, y quiero destacar que detrás de los proyectos que se llevan adelante, sobre todo, por parte de los sacerdotes de la Archidiócesis, hay personas y comunidades a las que apoyan y sostienen. -No sólo es la evangelización en el sentido explícito en el anuncio de la fe sino muchas veces tienen un componente social importante porque son comunidades con muchas necesidades. Son personas con muchas necesidades y tampoco se puede desligar las necesidades espirituales de las materiales y sí es cierto que a nosotros nos toca en primer lugar atender a las espirituales, tratamos también de poner el hombro y promover distintos proyectos y programas que de alguna manera puedan ir paliando las necesidades materiales. -¿Cuál es el principal problema al que se enfrenta la diócesis de Chachapoyas? La región de Amazonas está considerada como de las más pobres del Perú y, ciertamente, los medios de comunicación son bastantes elementales. Por ejemplo, el asfalto acaba de llegar este año a Chachapoyas, que es la capital del departamento, pero si nos adentramos por los distintos lugares, tenemos carreteras estrechas y de tierra y hay lugares a los que todavía, el sacerdote e incluso el obispo, pues tiene que llegar sobre cabalgadura. -¿Qué puede enseñarnos a los cristianos españoles la fe del pueblo peruano? Yo no diría enseñar, tal vez recordar. Yo sigo pensando que España tiene raíces cristianas aunque a veces parece que sólo están bajo tierra, pero yo tengo la esperanza de que cuando hay raíces, el tiempo también va dando frutos, y quien conoce un poco la historia sabe que España es muy amiga de los bandazos, estar en un extremo o en otro. Desde el punto de la vista de la fe, éste no es uno de los momentos mejores, al menos aparentemente, pero tengo la esperanza de que las raíces cristianas irán manifestándose. Uno se encuentra allá que hay gente que tiene sentido de Dios, de la presencia de Dios y eso es lo que a veces uno echa de menos aquí, porque hay personas que ya no lo tienen o porque lo tienen escondido. |